Hay ocasiones en que a pesar de tener una buena idea sobre la que montar una historia y de haber planificado esta razonablemente bien, el autor novel se encuentra con el problema de que la tensión narrativa que había planeado resulta un poco más difícil, de lo que había previsto, de conseguir y, sobre todo, de mantener. Incluso teniendo experiencia no es difícil arruinar un buen clímax narrativo.
Aquí van
5 ideas para evitar la caída de la tensión narrativa:
- Evita las frases demasiado largas, tanto las de los diálogos como las que incluyas en las acotaciones. Después de un ¡Oh, Dios mío!, no parece razonable hacer una acotación de dos líneas explicando la entonación o el énfasis con el que habla el personaje, ni tampoco explicando cómo se lo toman los demás.
- Evita que el narrador se explaye dando más explicaciones de las imprescindibles acerca de por qué el personaje ha dicho lo que ha dicho o ha hecho lo que ha hecho. Y por supuesto, evita poner al villano a explicar sus planes detenidamente.
- Evita largos lapsos de tiempo entre la exposición del material que conduce al clímax y su culminación, el lector podría perder el interés. Puede darse el caso de que, antes de exponer ese clímax, necesites explicar algo imprescindible para entenderlo, haciendo un inciso, tal vez un flashback…, pero evita que sea demasiado largo o demasiado tangencial como para que el lector se quede a esperar el desenlace.
- Evita dejar cabos narrativos sueltos en el tejido de un clímax. Todo aquello de lo que te has servido para tejerlo debe tener su reflejo y su avance en la resolución del mismo. Esto no quiere decir que en cada clímax cierres todas las tramas y subtramas implicadas, sino que es bueno que en cada clímax se certifique el avance de todo el tejido narrativo que le ha servido de base.
- Evita los monólogos interiores en el camino hacia ese clímax. Y si un monólogo interior se hace imprescindible en ese camino, procura que no sea demasiado largo, sino simplemente revelador de la tensión narrativa que pretendes.
Para profundizar en este tema de la tensión narrativa te espero en los talleres de Planificación de la novela y El conflicto narrativo, que imparto en la Escuela de Formación de Escritores.
5 ideas para evitar la caída de la tensión narrativa
© Víctor J. Sanz
Interesante el artículo me gustó Mucho. Muchas gracias
Hola, Alejandro:
Gracias por tu visita y tu comentario.
Me alegro de que te haya resultado útil.
Saludos.
Muy buen artículo, estoy completamente de acuerdo. Guardaré esta página para seguir leyendo el resto a penas tanga un tiempo. Felicidades.
Hola, Manuel:
Muchas gracias por tu visita y tu comentario.
Espero tus visitas, tus lecturas y, si quieres, tus comentarios.
Saludos.
Cool!
Intructivo, como siempre. Soy consciente de lo difícil que representa mantener la tensión en la trama de una novela. Es un puro ejercicio de malabarismo. Sé de lo que hablo, pues lo mío es el thriller histórico. Y se hace mucho más complicado cuando tratas de imprimir esa tensión a toda una obra. En este caso, una de las claves es no escribir una novela de 800 páginas, ya que es imposible no perder ese pulso en tan extenso camino. Si pudiéramos aplicar un gráfico al grueso de estas obras, veríamos claramente cómo los picos como suben y bajan por necesidad.
Hola, José Ramón:
Muchas gracias por tu participación.
Claro, así es. Justo eso es lo que define la tensión narrativa que haya picos y valles, no son posibles los primeros sin los segundos. Cuando hablo de evitar la caída de la tensión narrativa, me refiero a que no caiga donde debe subir, claro ;-).
Tiene que ser tremendamente complicado conseguir eso en el género en el que trabajas. Me parece un trabajo muy fino y que requiere grandes dosis de control, análisis y paciencia.
La intensidad de una novela tiene que ser como un puente colgante, donde los pilares representan los clímax y el tendido de los cables de acero marca la profundidad de los valles.
Muchas gracias por la visita y la aportación, buen apunte sobre el género.