En las obras de los autores noveles se repiten con cierta frecuencia unos patrones de diseño o de presentación y desarrollo de los personajes que delatan a estos como ‘personajes noveles’.

Por suerte, la mayoría de los fallos de diseño o de desarrollo son subsanables de una manera sencilla y asequible al más perezoso y desentendido de los escritores.


Aquí van

5 cosas que delatan a los ‘personajes noveles’:

  1. Los personajes noveles dan explicaciones sin que se las pidan, a veces en forma de respuestas que nada tienen que ver con las preguntas que otro personaje les hace, solo porque son necesarias para el avance de la trama. Nada más fácil que poner en boca del otro personaje las preguntas correctas, además, claro está, de que esas preguntas se integren con naturalidad en el diálogo.
  2. Los personajes noveles saben qué es lo siguiente que tiene que decir el personaje con quien mantiene un diálogo y le hace el favor de darle el pie. Una forma habitual de este fallo es cuando el personaje novel anticipa su reacción a algo que todavía no ha ocurrido pero va a ocurrir. Como por ejemplo mostrarse asustado o alegre por algo que todavía no ha ocurrido, ni sabe, ni siquiera sospecha.Personajes noveles
  3. Los personajes noveles hacen o dicen cosas «sin pensar» o «sin saber por qué». Esto se da cuando la única explicación posible a esas palabras o acciones de los personajes son las necesidades del guion que el autor tiene en la cabeza. La forma es más o menos así: «Sin saber por qué, Antonio se guardó en el bolsillo aquella fotografía» (que hacía años que tenía encima de la mesilla, y se la guarda con marco y con todo). Si Antonio no sabe por qué se la guardó, será el lector quien no tarde en descubrirlo y, por lo común, con malas consecuencias para el autor.
  4. Los personajes noveles conocen perfectamente las necesidades del narrador y le ayudan explicando con todo detalle al lector qué piensan o por qué actúan así los demás personajes o incluso ellos mismos. Una variante muy interesante es cuando los personajes noveles se sientan junto a otro personaje a contarle su vida sin venir a cuento solo para ser amable con el narrador y ahorrarle trabajo.
  5. Los personajes noveles no hablan de forma natural, sino que toman prestado el lenguaje de otros entornos, como por ejemplo los medios de comunicación o, peor aún, escritos ensayísticos o académicos, lo que los hace pasar por auténticos pedantes a quienes el lector se puede ver abocado irremediablemente a odiar. Un caso frecuente es cuando el personaje dice frases de este estilo: «Le he preguntado al comisario de policía por lo sucedido y se ha mostrado reacio a hacer declaraciones». A menos que ese personaje sea periodista, ejerza como tal y esté trabajando en el momento de decirlo, lo más probable es que no le quede bien hablar así. Y a veces, ni siquiera es necesario que el lenguaje sea demasiado rebuscado ni complejo, basta una forma especial de decir las cosas poner en evidencia a los personajes noveles. Un caso especial de esta falta de naturalidad en los personajes noveles es cuando de su diálogo solo se puede deducir que siempre quisieron ser poetas… pero nunca lo consiguieron.

5 cosas que delatan a los ‘personajes noveles’

© Víctor J. Sanz