En narrativa, lo que no suma resta

En narrativa lo que no suma restaEs fácil de decir: en narrativa, lo que no suma resta; pero no es tan fácil de aplicar. Y más difícil de aplicar todavía si hablamos de la escritura propia. Puede que eso se deba a que, para un autor, no resulta fácil saber qué puede estar sobrando en su texto. Pero veamos, antes de nada, qué nos permite distinguir entre lo que suma y lo que resta en una narración.
Veamos algunas de las cosas que más suman y algunas de las que más restan a la grandeza de una novela.

Lo que suma

  • Todo aquello que da credibilidad al personaje. Narra antecedentes que expliquen al lector cómo es tu personaje. Dale a conocer su pasado, como mínimo en la medida necesaria para que comprenda la historia. Humaniza a tu personaje con rasgos creíbles. Haz que tus personajes sufran, amen, lloren, rabien, sonrían…
  • Lo que da consistencia a la trama. Ofrece al lector los antecedentes necesarios para que comprenda las escenas más importantes. Relaciona unas escenas con otras, busca sus causas y sus consecuencias y hazlas visibles para el lector.
  • Todo lo que permita al narrador seleccionar y contar las escenas más interesantes y que mejor transmitan la esencia de la trama. Busca que toda escena comporte un cambio, siquiera leve, en la trama.
  • Todo lo que permita al narrador presentar y describir a los personajes de la forma más fiel y útil posible para el lector.
  • La elección adecuada del vocabulario y del registo lingüístico en general. Es mejor no escatimar esfuerzos en este apartado y construir una voz propia para cada personaje, incluido el narrador.

En narrativa, lo que no suma resta. Veamos algunos ejemplos. Clic para tuitear

Pero para acotar un poco más aquello que no suma, veamos lo que directamente resta.

Lo que resta

  • El lenguaje recargado o artificial. Por lo general, la buena narrativa consiste en decir grandes cosas con palabras pequeñas. El uso de grandes palabras suele demostrar que el autor solo tiene cosas pequeñas que decir.
  • Las frases que ya han utilizado antes casi todos los demás autores. Olvídate de las frases manidas y desgastadas por las que, tal vez, te convertiste en un lector compulsivo. Esas frases, hoy, ya no funcionan.
  • Las acotaciones inútiles; que son las que el narrador coloca, sin excepción, tras cada diálogo, sean o no necesarias, y contengan o no información interesante sobre el contexto inmediato de la escena.
  • Sacarse personajes de la manga y presentarlos por las buenas cuando mejor convenga al guion de tu obra.
  • Dar por conocidos hechos que explican cómo se desarrolla la trama. Si no se los explicas al lector, este tendrá que imaginárselos, entonces el lector se convertirá en autor de tu novela.
  • Contar escenas sin trascendencia en el curso de la trama o de las subtramas.
  • Esforzarse por ofrecer al lector unas descripciones de los personajes que resulten completísimas. Generalmente solo conseguirás aburrir al lector por completo.
  • Empeñarse en dar al lector el tiempo climatológico y aun cronológico de cada escena.
  • Esconder información al lector de manera forzada y artificial.

Cada novelista y cada novela es un mundo distinto. Estas breves listas no tienen otra pretensión que reorientar algunos pasos perdidos, no pretenden recoger todos los puntos que pueden sumar o restar en tu novela. Hay otras muchas cosas que pueden sumar y restar en tu novela, si quieres, podemos investigarlas juntos. Escríbeme utilizando el siguiente formulario y estudiemos juntos tu proyecto.
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En narrativa, lo que no suma, resta

© Víctor J. Sanz