Formas de presentar los personajes de tu novela: Lo que prioriza >>

presentar los personajes de tu novela: Lo que priorizaHasta ahora, en esta serie, hemos hablado de distintas formas de presentar los personajes de una novela: por lo que lleva, por lo que dice, por lo que piensa, por lo que hace, por lo que le gusta y por lo que le rodea, hoy hablaremos de dejar que nuestros lectores aprendan sobre nuestros personajes por aquello que estos priorizan.

Dar prioridad a una cosa sobre otra lleva implícita una decisión y toda decisión, más allá de la interpretación superficial, supone la exposición de algo que, en muchas ocasiones, puede ser de vital importancia para una persona o, lo que es lo mismo, para un personaje.

Cuando tomamos una decisión estamos poniendo en marcha un proceso de selección artificial, en el que de alguna manera concedemos nuestra representación a la opción elegida. Dicho de otra manera, somos aquello que elegimos; nuestros personajes son aquello que eligen, aquello que anteponen a otras opciones igualmente posibles y de una dimensión comparable. Pocas cosas definen tanto y tan profundo a un personaje como ponerlo a tomar una decisión entre dos opciones excluyentes: una altruista y otra egoísta, incluso aunque el elemento objeto de la decisión no sea algo de suma trascendencia.

Porque incluso aquellas decisiones que afectan a elementos aparentemente intranscendentes, incluso las decisiones más nimias y cotidianas, pueden decir mucho a nuestros lectores acerca de nuestros personajes. Desde la elección del color de la ropa que compran o visten, hasta la elección de cierto tipo de bebida en lugar de otras, también puede contener mucha y valiosa información psicológica con la que formar su perfil.

La posibilidad de priorizar, entendida en el plano más personal, pues de eso hablamos, se hace especialmente visible en el tiempo libre y en la utilización de los recursos disponibles. Desde la decisión misma de a qué se dedica ese tiempo libre en detrimento de otras actividades, hasta la forma de ejecutar esa decisión.

Un ejemplo ilustrará esta idea. Hablando de tiempo libre…, imaginemos un personaje que está privado de su libertad: un preso, un esclavo… Aquello que se ve obligado a hacer, es decir, allí donde no tiene libertad de elección, poco puede aportar a su perfil psicológico, excepción hecha de la rebeldía o la mansedumbre con que asuma tal circunsancia. De esta manera, y en lo que a las prioridades se refiere, la mejor manera de presentar a este tipo de personajes no es otra que la de mostrarle tomando decisiones que comprometen y descubre su personalidad. Ejemplos de ello serían: delatar o no a un compañero que planea una fuga; o compartir o no su comida con un compañero que ha sido castigado sin ella.

Así pues tenemos que, para poder explotar en toda su dimensión esta forma de presentar los personajes de una novela, es preciso que se den simultáneamente dos opciones excluyentes y de magnitudes comparables, de forma que la decisión lleve implícito el sacrificio que supone, pues cuanto mayor sea este más presión hará en el carboncillo con el que trazamos el perfil psicológico de nuestro personaje.

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© Víctor J. Sanz