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Formas de presentar los personajes de tu novela: Lo que llevaHoy vamos a iniciar una serie de artículos que tratarán sobre las distintas formas que un escritor tiene de presentar a los personajes de su novela.

Aunque es una obviedad, no hay que dejar de señalar que debemos diseñar nuestros personajes de forma que el lector encuentre en ellos suficientes elementos de interés como para querer averiguar todo sobre ellos, pero además tenemos que diseñarlos y presentarlos de manera que no puedan ser confundidos entre sí por el lector.

Una de las vías más evidentes para presentar un nuevo personaje al lector es la descripción de su atuendo o lo que lleva. Cuando queremos introducir en nuestra historia a un personaje concreto por su profesión o por su estatus o por que resulte especialmente interesante por lo que en ese momento esté haciendo, no es necesario detenerse en cada detalle y describirlo a la perfección, tan solo con mencionar el elemento o la prenda clave puede ser suficiente para que el lector se haga un primera idea hasta que sea mejor momento de darle cuantos detalles sean precisos. La forma en que se describa que luce tal o cual vestimenta puede aportar al lector mucha más información psicológica sobre el personaje de lo que en un principio pueda parecer.

Imagina que en la historia que estás escribiendo tienes un personaje que es policía. A un policía se le puede describir de muchas maneras, está claro, pero el lector agradecerá concisión y cierto grado de innovación a la hora de hacerlo. De otro modo, tu personaje puede pasarle desapercibido. Prueba a referirte a la forma minuciosa de colocarse el cinturón, el cuello de la camisa, la gorra, la placa o el arma. De ello deducirá el lector, entre otras cosas, la rectitud y la pulcritud con que el personaje se conduce hasta en las cosas más pequeñas.

Si, por contra, nuestro policía es más bien amigo del caos en lo personal y sus valores residen en otros aspectos aún no mostrados al lector, bastaría con narrar cómo se deja olvidada la placa y, por qué no, hasta el arma, en casa, y mejor aún si no es la primera vez. O, tal vez, que no lleve munición cuando puede necesitarla, o que no sepa dónde ha puesto las llaves de las esposas cuando más las necesita. Llevado un poco al extremo, también podemos trabajar con elementos de su ropa, por ejemplo que vaya desaliñado o que se presente en la comisaría en pantuflos.

Como es natural, estos ejemplos con un personaje policía son de aplicación a prácticamente cualquier otro tipo de personaje.

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© Víctor J. Sanz