libros electrónicos. Si las plataformas digitales no impusieran un precio mínimo a los libros, ¿a qué precio venderían los autores sus libros electrónicos autoeditados?El precio de los libros electrónicos autoeditados es el debate de nunca acabar. Hay opiniones para todos los gustos, hay escritores que se guían por el trabajo que les ha costado la composición de la obra, otros por el número de páginas, aunque solo sea con carácter orientativo, otros según el género o hasta según la «estantería» virtual en la que será expuesto.

Muchos juegan a la estrategia del «precio más bajo», al estilo de los comercios al por mayor de menaje, un mercado en el que todos pueden vender el mismo producto, exactamente el mismo, con la única distinción del servicio preventa y posventa, algo que no resulta fácilmente aplicable al mundo del libro. Esta estrategia del «precio más bajo» viene condicionada por la imposición de las plataformas de venta de un precio mínimo para los libros. Esto me lleva a pensar ¿qué ocurriría si las plataformas no obligaran a un precio mínimo?, ¿a qué precio venderían algunos autores sus libros electrónicos autoeditados?

Si las plataformas digitales no impusieran un precio mínimo a los libros, ¿a qué precio venderían los autores sus libros electrónicos autoeditados?

Una vez alcanzado el gratis total para sus libros, me pregunto qué les queda por hacer a los autores para conseguir lectores, ¿ir a casa de esos lectores uno por uno, leerles su propio libro, vasito de leche, arroparles y besito en la frente?

¿Cuál es el valor que le queda, no ya a la literatura, sino al ‘simple’ concepto del trabajo realizado, del esfuerzo derrochado?

¿Cómo espera un autor que los lectores aprecien su obra cuando él mismo la regala?

Por lo general, las cosas que se obtienen sin esfuerzo, se desprecian sin esfuerzo porque, de alguna manera pierden su valor y la opinión de quien las regala pierde validez.

Una cosa es hacer un regalo puntual a alguien y otra muy distinta es echarle meses de trabajo a una novela para luego ir por ahí regalándola a todo el mundo.

Y otra cosa más, en buena lógica, el autor que vende sus libros al precio mínimo al que le obliga la plataforma, se encasilla peligrosamente en una espiral de precios bajos de la que difícilmente podrá salir. Imaginad a un autor que publica su primera novela en Amazon al precio mínimo (en euros 0,89). Cuando publique su segunda novela, ¿a qué precio esperarán sus lectores que la ponga a la venta?, seguro que no verán con buenos ojos que lo haga a un precio superior.

Esta claro que cada uno puede hacer con su trabajo y con su esfuerzo lo que crea más conveniente para sus intereses, pero lo que está claro es que los autores que enfocan la publicación de sus libros están haciendo un flaco favor al concepto de escritor, pero por ende y más importante, están haciendo daño al concepto del arte de la escritura.