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(X) Errores comunes de los escritores novelesVamos con una nueva entrega de la serie dedicada a los errores que cometen algunos escritores noveles. Esta entrega está dedicada a fallos que considero graves y que se cometen en las acotaciones.

Si ves reflejados tus textos en estos análisis, no lo tomes como algo personal, lógicamente no es esa la intención, ya que han sido pensados para servir de ayuda en la detección y superación de los errores a aquellos que quieren mejorar su técnica.

28) La acotación incómoda.

A veces tenemos la necesidad de informar al lector de matices o de elementos que se encuentran en la escena y su historia, ubicación o disposición. Y pasa que algunos sienten esa necesidad de hacerlo (¡precisamente!) mientras hablan los personajes, mediante una acotación a cargo del narrador. Esa necesidad lleva a algunos autores a crear acotaciones como la de este ejemplo:

—Hola —dijo Pedro intentando cerrar tras de sí la puerta que un día su padre comprara en aquel bazar indio al que solía llevarlo cuando era pequeño y vivían en Barcelona. La misma puerta que ahora tenía que cruzar de nuevo, esperaba que por última vez, para responder a la llamada del albaceas de su padre y tras la que le esperaban sus hermanos a quienes no había visto desde hacía al menos un año—. ¿Cómo estáis?

Para cuando el personaje pregunta «¿Cómo estáis?» el lector tiene ya un preocupante tono amoratado por falta de oxígeno y además es víctima de una pérdida de memoria irreversible sobre quién estaba hablando y a quién; lo que le llevará a releer el fragmento, si es que tiene arrestos suficientes para hacerlo; aunque si no es por compromiso, yo creo que no tendrá.

Errores de escritores noveles. Error n.º 28: La acotación incómoda. Clic para tuitear

Pero como todo en narrativa, la información contenida en esa acotación puede encontrar un mejor lugar antes o después del diálogo. Lo que parece claro es que para servir toda esa información al lector no es suficiente espacio el que proporciona la pausa natural entre «Hola» y «¿Cómo estáis?».

Es importante no arruinar un diálogo con un exceso de información en las acotaciones, especialmente si estas no cierran el diálogo, sino que solo lo interrumpen. Es muy recomendable limitarse a suministrar aquella información que enriquezca el diálogo y le aporte únicamente la información de la que no se pueda prescindir para comprender lo que está ocurriendo en la historia.

29) La acotación insólita.

Existe un tipo de acotación que realmente no puede definirse mejor que como insólita, pues el autor, con toda su mejor intención, pretende remarcar lo obvio, lo ya dicho por el personaje en su diálogo. Y a veces ni siquiera explicándolo, sino simplemente repitiéndolo.

Llevado a un extremo, evidentemente inventado y no menos exagerado, un ejemplo de esto sería algo así:

La acotación insólita: —Hola —dijo Pedro diciendo hola con la intención de saludar. Clic para tuitear

—Hola —dijo Pedro diciendo hola con la intención de saludar.

El autor novel se hará un gran favor si, en una de las múltiples revisiones que debería hacer de su obra (tanto él mismo como otro par de ojos que le ponga de relieve los errores invisibles), pone el ojo y toda su atención en este tipo de acotaciones del que, nunca se sabe, tal vez se le haya podido colar más de una.

30) La acotación cultivada.

¿Los sinónimos están para algo? Sí, evidentemente.

Pero ¿los sinónimos están para tomar el protagonismo del relato? No, más bien no.

Y, sin embargo, hay ocasiones en que los sinónimos toman el protagonismo del relato hasta tal punto que el lector llega a estar más pendiente de cuál va a ser el siguiente sinónimo que el autor utiliza (para decir lo mismo), que del desarrollo de la historia.

Errores de escritores noveles. Error n.º 30: La acotación cultivada. Clic para tuitear

Esto ocurre con mayor frecuencia con los sinónimos del verbo decir. Hay obras que son un verdadero catálogo de sinónimos de este verbo, y sin necesidad de que su uso esté justificado o responda realmente al significado que piden las palabras del diálogo al que acotan. Los sinónimos casi nunca son términos equivalentes y no siempre son términos válidos. La supuesta riqueza lingüística de que tiene que hacer gala un escritor, está, precisamente, en un uso sabio del lenguaje, y eso implica usar cada palabra en su justo lugar o allí donde sus matices enriquezcan el texto sin tomar el protagonismo.

De todos modos, por si quieres hacer uno de esos catálogos, aquí va una modesta lista de términos (algo más de 50) que muy bien podrían ser sinónimos del verbo decir, y no incluyo voces de la naturaleza (como tronar), o del reino animal (como rugir, ladrar, piar…), o del reino político (como decretar, prometer, mentir, cloquear, cacarear, etc.), o del reino militar (como ordenar), o del reino escatológico (como excretar, escupir, 

Afirmar, alegar, anunciar, articular, aseverar, atestiguar, augurar, blasfemar, citar, confesar, contar, contestar, declarar, desdecir, desembuchar, dialogar, dictar, endilgar, enmendó, enumerar, enunciar, espetar, explicar, exponer, expresar, formular, hablar, incitar, indicar, insinuar, insistir, invocar, largar, manifestar, mencionar, nombrar, observar, opinar, parafrasear, parlar, parlotear, predecir, pregonar, presagiar, proferir, profetizar, pronosticar, pronunciar, pronunciarse, proponer, prorrumpir, publicar, recitar, rectificar, repitió, revelar, rezar, sentenciar, señalar, significar, significarse, soltar, sostener, vociferar.

Si quieres evitar estos y otros errores en tu escritura, te puedo ayudar, contacta conmigo y hablemos de tus necesidades y de tus objetivos.

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© Víctor J. Sanz