Uno de los principales objetivos de todo buen narrador es el de mantener la atención de su público y, curiosamente, es una de las cosas que antes pierden de vista algunos autores cuando se empeñan en pagar con el lector lo que no se pueden cobrar por otro lado.
Aquí van 5 cosas que aburren a los lectores de novela y que en mi opinión es recomendable evitar:
- El panfleto político. En obras que no tienen un trasfondo político que pudiera justificarlo, y especialmente cuando se da en alguna forma de ventriloquia, que lleva al autor a utilizar a uno o varios personajes, casi violándolos, para soltar por su boca esa soflama para la que él mismo no encuentra público en otro foro. Estos autores no caen en la cuenta de que un lector también tiene la potestad de cerrar el libro más pronto que tarde.
- El interminable monólogo interior. Un buen monólogo interior termina donde empieza el lucimiento formal del escritor. Todo monólogo interior debe servir para dar a conocer mejor al personaje al lector, sus miedos, sus angustias, sus dudas, sus temores, sus seguridades, sus esperanzas, pero no para soltar una perorata del autor con aspiraciones de tratado de sociología.
- Las explicaciones pormenorizadas de las situaciones previsibles. Tanto de las situaciones previsibles como de las situaciones que ya se han resuelto y de las que ya no hay nada más que explicar, y menos para lucimiento del ingenio del escritor.
- La descripción administrativa. Esos pasajes descriptivos en los que el autor parece estar poseído por el espíritu de Galdós y se empeña, aunque no sea en absoluto necesario, en describir cada pelo y cada señal del escenario donde transcurre la acción. Esto, lejos de meter al lector en la historia, lo saca de ella, pero a patadas.
- La inacción. Hay novelas en que la acción no es que sea rápida o lenta, sino que simplemente está ausente. Esas novelas en que no pasa nada hasta la página 100 pueden hacer caer muy fácilmente al lector en un aburrimiento casi absoluto.
Con toda seguridad habrá una larga lista de cosas que aburran a los lectores, quizás casi tantas como lectores, pero estas cinco me parecen bastante destacables.
Deja tu comentario si hay alguna cosa que te aburre en una novela y que no puede faltar en la lista.
5 cosas que aburren a los lectores de novela
© Víctor J. Sanz
Vilamatas. Lo mejor siempre está en el titulo
Una vez leí (y abandoné) una novela noruega que dedicaba sus cinco primeras páginas a describir el recorrido de una mosca sobre una ventana a través de la cual eventualmente la protagonista era vista sentada bajo un árbol.
Así el ego de escribidor.
Como suelo recordar a los participantes de nuestros talleres literarios, no soporto treinta y cinco páginas dedicadas a describir una puesta de sol. La puesta de sol debe verse sobre la marcha, a medida que los personajes actúan.
Francesc Rovira Llacuna.
Gracias, por la visita y el comentario, Francesc.
Efectivamente, yo hago la misma recomendación a mis alumnos.
Según el artículo, un lector moderno no debe abrir una novela de Honoré de Balzac…
Hola, Hipólito:
Gracias por la visita y el comentario.
Bueno, eso ya va en gustos. En literatura todo es relativo y subjetivo.
El lector moderno debe abrir lo que le guste, este artículo solo pretende alertar sobre las cosas que yo considero que tienden a provocar aburrimiento en el lector. Quizás un análisis más detenido nos permitiera distinguir lo que digo aquí de lo que tú ves en la obra de Balzac.
Saludos.
Si un lector moderno lee a Balzac ya sabe dónde se mete (o debería saberlo). La forma de narrar ha cambiado, hoy hay muchas cosas que no necesitamos que nos expliquen pormenorizadamente porque ya las conocemos de sobra,en cambio en tiempos de Balzac sí había que explicarlas.
De todas formas creo que un lector, antiguo o moderno, no está completo si no conoce a los clásicos.
Por cierto, muy interesantes tus artículos, Víctor.
Un saludo.
Muchas gracias, Lola, me alegro de que los encuentres interesantes.
Saludos
Muy cierto, Lola. Los clásicos son la base.
Y muy certero el apunte, la forma de narrativa del XIX hoy resulta hasta infantil en ocasiones y se detienen en explicaciones que hoy resultan superfluas.
Saludos y gracias por participar.
Totalmente de acuerdo en todo, leo más de lo que escribo pero aplico todo lo leído aquí de una u otra manera casi impulsivamente; como lector busco que aquello que me atrape me mantenga metida en la trama hasta el final, y como escritora busco transmitir lo mismo que como lector busco en cada libro.
Un saludo desde Argentina. Muy buena publicación, gracias.
Hola, Cristina.
Muchas gracias por la visita y el comentario.
Así, es, como autores debemos intentar dar al lector solo aquello que admitiríamos de otro autor.
Saludos.
Si nuestro objetivo es vender, y partimos de la base de que una novela tendrá más lectores cuanto más se parezca a un tebeo, entonces quizá lo más práctico sería hacer un tebeo directamente, o un guión de cine para que pueda convertirse en una película de muchos espectadores, incluidos esos millones que nunca han cogido un libro y nunca lo cogerán.
El ideal sería no entender la literatura como un objeto de consumo ni que el escritor se obsesione con las ventas. La única obsesión del escritor debería ser la de encontrarse a sí mismo como lector: interesarse a sí mismo. Digamoslo claro: Si nuestro lector se aburre, la mayor parte de las veces será un problema del lector, que no tiene la preparación o la sensibilidad suficiente; o, sencillamente, que no ha elegido bien el libro que le conviene, como cuando compramos una camisa que no es de nuestra talla. Para terminar, permítanme un slógan un poco pedante, pero es que no se me ocurre otro mejor: «No contaminemos la buena literatura con la influencia del mal público». Carlos Marx lo dijo mucho mejor: «El capitalismo lo convierte todo en mercancía».
Un saludo a todos.
Hola, Tristán.
Muchas gracias por la visita y por el comentario.
Entiendo tu postura, pero no creo que estemos hablando de lo mismo.
Yo no enfoco este artículo hacia las ventas, ese no es el objetivo. De serlo, lo habría titulado algo así como «5 cosas para que compren tu libro».
La literatura, ante todo, es una herramienta de expansión intelectual del individuo (escritor y lector), pero si nadie lee algo porque aburrido, poco se podrá alcanzar ese objetivo o cualquier otro.
Por prevenir a los autores de las cosas que creo que pueden aburrir a los lectores, no estoy convirtiendo ni mucho menos la literatura en un objeto de consumo, ni estoy abocando al autor a que se obsesione con las ventas, pues nada menciono al respecto.
Cuando uno escribe, generalmente, suele ser con la intención de ser leído, y no solo por sí mismo. Evidentemente que un escritor tiene que escribir sobre lo que le interesa y hacerlo de una forma interesante, por supuesto, y eso hará que los demás se interesen por su trabajo.
No creo en absoluto que el eventual aburrimiento de un lector sea achacable en su totalidad al propio lector. Claro está que habrá casos en que el lector no escoja bien sus lecturas y las considere aburridas por asuntos muy concretos, como el tema, el género o el estilo, pero de ahí a culpar al lector de su aburrimiento va un abismo.
Saludos y gracias de nuevo por tu intervención.
Estoy totalmente de acuerdo con esos 5 casos en que el lector abandona la lectura empezada. Yo añadiría también aquellos guiones o relatos en que se supone que debemos preocuparnos por unos personajes, que previamente no se ha hecho lo necesario para que nos resulten cercanos y nos interesen sus vidas y destinos.
También, cuando ademas la novela empieza empezada y no para de ir, de atrás y de vuelta, sin acabar de aclarar nada y creando más confusión y aburrimiento, que suspense y entretenimiento.
Hola de nuevo, Víctor:
Te agradezco tu réplica moderada y razonable a mi comentario. Creo que nuestras opiniones no están muy distantes y pueden ser perfectamente armonizables. Tus observaciones sobre las causas del aburrimiento de los lectores ante ciertos textos literarios son atinadas, en eso no tengo nada que objetar. Mi comentario anterior iba dirigido a poner el acento en que el autor no debe dejarse llevar por la búsqueda obsesiva del éxito a costa de edulcoraciones y concesiones al gusto del gran público. En mi modesta (y seguramente minoritaria opinión) el objetivo de todo el que se pone a escribir debería ser el de buscar su propia voz para expresar con sinceridad lo que bulle en su interior, sin preocuparse «demasiado» en si el público lo pueda encontrar aburrido. Marcel Proust, por ejemplo, es un escritor que probablemente pisa todas las líneas rojas del convencional aburrimiento, y, sin embargo, ¿hay una literatura más excelsa? Creo que hay que buscar un equilibrio entre la búsqueda del éxito y la búsqueda de la calidad. Eso es lo que quería decir, y estoy seguro de que en eso vamos a estar de acuerdo.
Un cordial saludo.