10 consejos para escritores desanimados ►

A veces, un escritor alcanza tal grado de desánimo que comienza a comparar todo aquello que escribe con las peores inmundicias que su imaginación alcanza a nombrar. Lo peor es que también le da por hacerlo con aquello que escribió hace tiempo y de lo que estaba, sin embargo, tan orgulloso no hacía ni un minuto. De repente es el fin, el caos más absoluto, el vacío, el acabose, la nada, cero. Y todo eso, ¿por qué? Puede ser a causa de un personaje rebelde, o de una escena irresoluble que no lo parecía tanto en la sesión de trabajo anterior, o de una trama tozuda que se empeña en seguir sus propios pasos bien lejos de la primera idea; o, el peor de los casos, que todo lo que tenía desarrollado del relato se le venga abajo como un soufflé.

A continuación damos 10 consejos para escritores desanimados:

  1. ¿La primera idea? En lo relativo a tramas, personajes, escenas, títulos, etc… nunca le des más importancia a la primera idea que a las que puedan venir luego, incluso cuando sean los propios personajes quienes te las soplen al oído; antes al contrario, presta especial atención a estas.
  2. Los 110 metros vallas. Si crees que te encuentras ante un obstáculo infranqueable: tranquilo. Rodéalo y sigue tu camino, más adelante habrá ocasión de eliminar ese obstáculo. No te detengas a intentar corregir cada cosa que identifiques como un obstáculo.
  3. Rueda de reconocimiento. Si te asalta insistente la idea de que un personaje no tiene el nombre o la caracterización que le exige su historia y su posición en el conjunto de la obra, quizás debas pensar en cambiárselo. Esto puede ocurrir porque la idea que te habías formado en tu cabeza sobre el personaje ha evolucionado por una línea distinta de lo que la historia donde lo has ubicado, exige. No tengas miedo a estos cambios, una novela es un ser vivo, incluso después de la palabra FIN.
  4. Mi estilo, ¿dónde está mi estilo? Si no te convence el estilo con el que estás redactando, olvídate del estilo, intenta ser tú mismo, porque ser tú mismo es tu propio estilo.
  5. Meter las tijeras. No tengas miedo de borrar cualquier texto que te produzca desconfianza o que creas «mejorable», incluso cuando contenga ideas o material literario de calidad. Apártalo del texto y más adelante comprobarás si aún tiene su hueco o definitivamente nunca debió formar parte de tu texto.
    10 consejos para escritores desanimados
  6. El infinito y frío papel blanco. Si lo que te desanima es el blanco del papel, coge tus libretas de notas, léelas sin propósito alguno, llegará un momento en que encuentres ese propósito. Si esto no funciona lee
  7. ¿Por dónde voy? Si te asalta permanentemente la duda de tu valía como escritor, lee diferentes textos que hayas escrito en orden temporal, comenzando por los más antiguos y hasta los más recientes. Por fuerza habrás de notar cierta evolución. Si esa evolución no es muy evidente, hoy es un buen día para empezar a evolucionar.
  8. Los planos. Si has esbozado una historia e incluso te has adentrado en la redacción de los primeros capítulos, pero algo no te convence y te ves inseguro, repasa cada punto del planteamiento, repasa cada personaje, cada unidad de acción planificada, repasa detenidamente cada elemento integrante de la obra, muy pronto los puntos débiles saltarán a la vista enseguida.
  9. Criticón. Lee tus textos con ojos de enemigo para averiguar que les puede estar faltando y dáselo.
  10. La inspiración de la lectura. Si te planteas abandonar tu carrera de escritor, por ejemplo, porque ningún editor valora tu obra, deja inmediatamente a un lado el bolígrafo, el lápiz, el teclado o aquello con lo que escribas, y lee aquello que te gustaría escribir, pronto te sobrevendrán unas ansias indomables de escribir lo que te gustaría leer. El producto de esa escritura encontrará tarde o temprano a su editor.

Bola Extra: Cuando todo lo anterior falle, colócate frente al papel y escribe sin pensar en las consecuencias, no pienses en nadie, ni siquiera en ti mismo. Escribe como si el mundo estuviera a punto de acabarse.


10 consejos para escritores desanimados
© Víctor J. Sanz