Las listas de los libros más vendidos son un canto a quienes los venden y a sus aparatos mediático y de marketing.Los libros más vendidos es ya una frase hecha, un formulismo. Los libros más vendidos es también una sección fija en muchas publicaciones tanto en papel como digitales. En ella se hace recuento de aquellos títulos que han sido los más vendidos en un periodo determinado de tiempo. Pero, a pesar de que tal vez eso sea lo que pretende transmitir tal lista, ¿debe entenderse que estos libros más vendidos, son también los más leídos?, de ninguna manera.

Para completar la lista de los libros más leídos sería necesario añadir, los libros más solicitados en las bibliotecas, los libros más pirateados, los libros más prestados y, ¿por qué no? los libros más robados. Es más, si la idea es la de listar los libros más leídos, también habría que incluir los libros más releídos. Y eso sin contar con que una relectura no es lo mismo que volver a leer, pues nunca se lee el mismo libro dos veces.

Las listas de los libros más vendidos son un canto a quienes los venden y a sus aparatos mediático y de marketing.

Se podría decir que hay libros entre los más vendidos que, tal vez no estén ni cerca de estar entre los libros más leídos. Los libros más vendidos tampoco tienen correspondencia obligada con los libros más interesantes o de mayor calidad. Los de la lista de más vendidos, podrían ser los libros con más aparato mediático; los libros de las personas más (tristemente) famosas; o los libros de los autores más famosos, que parecen tener asegurada su parte del presupuesto de los más comprados y su espacio en cada biblioteca. Se unen a todos estos casos, los libros de moda, aunque estos, para bien o para mal y por una u otra razón, sí que podrían estar en ambas listas de libros, la de los más leídos y la de los más vendidos.

Otros grandes ausentes de estas listas son los libros más deseados pero no comprados porque la crisis ha ordenado las prioridades de muchas personas en fila india en un pasillo muy, muy estrecho.Teniendo en cuenta las dificultades que entraña la obtención de información fiable en cada caso, comprendo que es difícil que se pueda confeccionar periódicamente una lista de los libros más leídos.

Parece claro pues, que las listas de los más vendidos son más un canto a quienes los venden y sus aparatos mediático y de marketing, que un canto a las letras en sí, que son las que deben ser cantadas.