En el oficio de la escritura no resulta de aplicación el dicho popular «lo que bien empieza bien acaba», pero es evidente la importancia del inicio, ya que un buen inicio equivale a recorrer la mitad del camino.
Un buen inicio debe atrapar al lector lo antes posible. Evidentemente, el resto del texto no puede desanimar la lectura ni defraudar las expectativas de un buen inicio, pero el inicio puede serlo todo, puede suponer la diferencia entre enganchar al lector o provocarle rechazo. Quien dice lector, dice editor.
¿Qué elementos hacen que un inicio sea realmente atractivo?
Un buen inicio debe contener una promesa, una promesa de conflicto, de sorpresa, de un hecho que romperá la normalidad, la cotidianidad, o ¿por qué no?, un conflicto y una promesa de solución del propio conflicto.
Es preciso introducir al lector lo antes posible en la atmósfera de lo que vendrá. Tirar un buen anzuelo con un comienzo sorprendente, impactante o prometedor es garantía de que la lectura no será abandonada a las primeras de cambio.
¿Cuánto dura el inicio de una novela?
Depende de varios factores, pero podemos estar hablando de un párrafo o un primer capítulo no muy largo, a modo introductorio, pero también podemos estar hablando de una frase. Cuanto más estiremos el texto contenedor de la promesa inicial menos posibilidades tendremos de capturar la atención del lector.
¿Qué es preciso contar?
Es preciso contar lo mínimo para que el personaje o la situación se presenten atractivos. Es decir, contar lo mínimo es lo máximo que tiene que contar un autor para conseguir un inicio cautivador. Por ejemplo, un hecho con el suficiente impacto emocional que el personaje vio, vivió o vivirá. Por ejemplo, una decisión recién adoptada por el personaje que puede poner sus pasos en caminos totalmente distintos, generando en el lector el interés por conocer qué le deparará la difícil decisión que acaba de tomar.
Es error frecuente desdeñar la importancia del inicio, desarrollando un capítulo entero para explicar un buen número de informaciones que, en todo caso, resultará siempre excesivo para el lector, resultará siempre fuera de lugar y será un argumento excelente para cerrar ese libro y abrir otro. Más aún si, posteriormente, no se hace un uso adecuado de todas esas informaciones. Que el autor esté obligado a conocer a la perfección a sus personajes, no implica directamente contar todo lo que sabe de ellos, y mucho menos al principio de su historia. O, ¿es que no causa cierto rechazo la persona desconocida que se nos acerca en la sala de espera de no importa dónde y nos cuenta su vida en menos de cinco minutos?, al autor que se vea identificado con esa forma de proceder más le vale buscar un hueco en una sala de espera cómoda y atestada de gente, que intentar narrar historias.
Recuerda, «no hay una segunda ocasión de causar una buena primera impresión», es «la importancia del inicio» en una novela.
El inicio de una novela es clave: tiene que enganchar al lector, generar una intriga que obligue a seguir leyendo, y tiene que tener un estilo muy cuidado que no deje al lector con la impresión de que es un libro mal escrito y lo deje.
Muchas veces los lectores no damos segundas oportunidades, y si el comienzo no nos gusta o le encontramos demasiados fallos, dejamos el libro.
Así es, y no solo dejamos ese libro, sino que a veces tendemos a dejar todo lo que de ese autor caiga en nuestras manos.
Como lectores, a veces, somos implacables.
Gracias por las explicaciones detalladas, muy interesante! Anna