¿Por qué corregir una novela ya publicada?
Quien lea esto desde cierto grado de experiencia encontrará la pregunta de partida un tanto obvia e inocente. Sin embargo, todavía son muchos autores los que publican su novela, y no solo la primera, sin prestar la debida atención a las formas, es decir, sin pasar por el preceptivo proceso de corrección por parte de un profesional.
Y lo publicado ahí se queda, con sus errores y sus puntos débiles susceptibles de mejorarse con, generalmente, pequeños ajustes.
Si se trata de la primera novela, dejarla publicada con fallos evidentes tiene… un efecto demoledor en la reputación del autor. Esa primera novela, que es como una tarjeta de visita, no habla de su autor, sino que vocea a los cuatro vientos cómo escribe su autor.
Por desgracia, los aciertos pasan normalmente más desapercibidos que los errores, especialmente, cuando el autor, prevenido por sus auténticos amigos o por lectores que se apiadan de él, los descubre.
De los errores se aprende, pero hace falta voluntad, y no me refiero solamente a la voluntad de corregirlos, sino a la de aplicar sus correcciones en futuros escritos.
Pero todo ese proceso de mejora constante comienza, como hasta los más largos caminos, con un pequeño paso: asimilar los errores propios.
No pasa nada por asimilarlos. Si un autor novel no tuviera fallos, en condiciones normales, no estaría donde está, intentando sobresalir entre miles y miles de colegas que están en las mismas.
Por lo tanto, el hecho de que un texto esté publicado no debe ser un impedimento a la hora de plantearse una corrección. Sí, algunos lectores ya compraron la novela y la leyeron con fallos, pero ¿por qué permitir que nuevos lectores se sumen a esos primeros y aumente el número de lectores que se llevarán una mala imagen del autor?
Crearse una buena imagen como autor es tremendamente difícil, sin embargo, es tan fácil arruinar esa imagen con un mal trabajo…
Para quien no supiera por qué, ahora ya sabe por qué hay que corregir una novela ya publicada.
Invito al autor novel a que, si no lo ha hecho antes, someta su trabajo a la ayuda de un corrector profesional. A menos que no se tome la escritura en serio, en cuyo caso tampoco tendrá que tomarse en serio esta reflexión.
Víctor. Es muy pertinente y atinada esta tu apreciación. Tengo la impresión de que la mayoría de los escritores, aún los noveles, son de una egolatría que los ciega ante la realidad, y por eso no aceptan que sus obras deban ser corregidas, y menos cuando han sido publicadas. Son muchas, miles las obras que andan rodando con errores y con ello el estigma de ser considerados sus autores unos mediocres.
En lo personal, tengo escrito 8 novelas, no sé cuantos cuentos y relatos, pero siempre procuro que los lea alguien más, antes de publicarlos. En el caso de las novelas, tengo una correctora profesional, es como mi juez de cabecera. Gracias por atinados temas. Un abrazo.
Hola, Leónidas:
Muchas gracias por tu visita y por tu participación en el debate.
Es un asunto que de manera latente mina y sabotea la reputación del autor novel.
Saludos.