Dice mi amigo el escritor Álvaro Díaz, que, en primer lugar, habría que definir qué es ser escritor, y se apoya en dos visiones bien diferentes, una, la de la sociedad que considera que escritor es aquel cuyo nombre es el que aparece en los libros más vendidos, y otra, la del propio escritor, que considera que ser escritor, consiste sencillamente en eso, en escribir. Bien, pero ¿para quién escribe un escritor?

¿para quién escribe un escritor?

Para quién escribe un escritorPor orden de cantidad, los destinatarios del trabajo de un escritor suelen ser: ellos mismos, un público muy concreto y definido y, por último, el gran público.

Quien escribe para sí, tendrá como mucho un lector, y no siempre tendrá ganas de leer lo escrito, y si, por contra, siempre tiene ganas y tiempo, entonces ese escritor-lector tiene un serio problema de personalidad, lo que puede llevar a pensar que se trata de un verdadero escritor, para agravar más aún la confusión.

Quien escribe para un público muy concreto y definido, puede que tenga asegurado cierto número de lectores, pero también los tendrá asegurados en unos contornos tan estrechos que podrían olerse los unos a los otros.

Quien escribe para el gran público debe seguir ciertas normas en cuanto al estilo, la estructura, la extensión e incluso en cuanto al título, que difícilmente podrá seguir manteniendo la etiqueta de escritor, a no ser que sea lo que la Sociedad entiende por escritor, es decir, el nombre que aparece en los libros que más se venden. Lo que pone al verdadero escritor en el brete de tener que emular a reputados autores de la talla de Sergio Ramos (escritor del Real Madrid Club de Fútbol), o de cualquiera de estos «escritores«. Y pensar que no aproveché yo aquel gol que metí en un partido amistoso para colgarme la etiqueta de futbolista, o aquella otra vez que presenté una conferencia y no me llamé presentador. ¡Qué de ocasiones perdidas!

Hemos visto tres formas distintas de errar con la elección del público destinatario de un libro.

Pudiera ser que el asunto radique en estructurar el trabajo de la escritura en sus distintas fases. Una fórmula podría ser escribir a solas, leer en público y corregir delante de un profesor de lengua y literatura. El crítico no entra en esta fórmula, pues ya vendrá él mismo si quiere.

Escritor es quien escribe literatura. Escritor es aquel autor literario a quien se le conocen lectores. Incluso, estirando un poco el concepto, escritor es aquel que vende libros en cuyo interior ha depositado algo de literatura. Y esta es una reválida que debe aprobarse con cada libro, con cada proyecto que se afronta.

Dice el escritor Andy García que «Un escritor, nunca piensa que su nueva obra es una joya literaria, por mucho que se lo digan, y la alaben, sino, pensará que esta siempre pudiera haber sido mejorable. Ahí, es donde radica el oficio de un escritor».

Borges dice: «escribo como un desahogo. No creo en el valor de lo que escribo, pero sí en el placer de escribir».

Ahí queda la pregunta para una reflexión, ¿para quién escribe un escritor?

Víctor J. Sanz