La llamada
Resonó un segundo disparo en el corredor, esta vez no fallé, un fino hilo de sangre brotaba de mi sien quemándome la piel. Hinqué las rodillas. Mi brazo se desplomó, y el arma, aún humeante, rodó por el parqué provocando un estruendo sordo. El suelo daba vueltas delante de mi mirada destartalada y, de pronto, se detuvo en posición vertical. Mi corazón latía desacompasado, ahora apresurado por rescatarme, ahora desistiendo, incapaz de hacerlo. La sangre delante de mis ojos me impedía ver con claridad. Una brisa de aire frío como el invierno más antiguo entró por la ventana entreabierta, me rodeó, como un abrazo estremecedor dispuesto a someterme, a imponerme su ley. Se me erizó la piel en un todo, en un grito coral a una sola voz. Los músculos de mis piernas quisieron vivir, más allá del vigor ausente, más allá de mi propia voluntad, con movimientos inconexos e inconclusos. Mis manos se unieron a ellas y, estirándose hacia ninguna parte, pretendían agarrarse a ninguna vida.
Abrí la boca para atrapar eternamente el aire frío del invierno. En ese momento sonó el timbre del teléfono, la llamada que tanto había estado esperando. Reuní la poca voluntad que no me había abandonado y me arrastré como pude hasta el teléfono. Era ella, estaba seguro, quién sino, la que siempre llegaba tarde a las citas, avivando en mi interior la llama por verla. Quién sino la que un día se había ido de mi lado para nunca más volver.
Me colgué del cable como pude y conseguí descolgar el auricular.
—Hola, cariño —no dudé en balbucir escupiendo balas de sangre que acababan con mi vida.
—Hola… soy… yo. —Sonreí al escuchar su voz otra vez, por más que su larga ausencia hubiera apretado el gatillo contra mi sien—. He pensado mucho en ti…, en nosotros…, no he sabido cuánto te quería hasta que no he estado lejos de ti, creo que te quiero más que nunca, necesito tenerte cerca… —Mi corazón latió con la fuerza de todas las alegrías…, una última vez. El peso del mundo sobre mis hombros resultó demasiada carga y caí desplomado. La voz que salía del teléfono me parecía un hilo finísimo que me traía noticias de la vida mientras yo, ya había emprendido mi camino hacia el frío.
La llamada
Víctor J. Sanz
Trepidante forma de emprender el viaje por alguien…
Qué manera de morir, enterarse de que era correspondido cuando ya no había remedio. Buen texto, felicitaciones!
Francamente no sabría decirte si me ha gustado o me ha parecido totalmente inconsistente el relato, siento ser tan lacónico pero es lo que honestamente pienso. Saludos
Gracias por tu visita y tu comentario, stradivarius1951.
Me ha gustado tu relato (o cuento). Fuerte y triste como la última despedida hacia el viaje que no existe… Abraço
Roldan
Muito Origado pela tua visita, Roldan
Gracias también por tu comentario.
Un abrazo.
Me ha gustado bastante; hay expresiones originales, bien encontradas. Hay una frase, donde dice: «quién sino…», este sino es condicional, por lo tanto va separado, sería lo mismo que decir «si no, quién?». De totas maneras me suena floja la frase: «quién si no la que llegaba tarde a las citas…» quizá porque lo anterior estaba muy bien escrito… Cuando empiezas de forma tan original parece que algo escrito de manera simple puede cojear. No sé… Y el final creo que es evidente, aunque es un posible final… Espero que te sirva. De totas formas, yo soy catalana, lo digo por si hay alguna falta…
Hola Betlem,
te agradezco enormemente tu visita y tu franqueza. Te agradezco igualmente la corrección del condicional. Sobre la flaqueza de la frase…, es cierto que es mejorable, aunque no creo que tanto como para provocar un altibajo con respecto del principio. Ese altibajo viene más por la fuerza del inicio que por la flaqueza de lo que sigue, creo. Tal vez pudiera encontrar una frase mejor si busco un poco más, seguro que sí…. No lo descarto. En mi descargo vaya que es un texto que apenas corregí, y ahora lo veo, hay que corregir más, es evidente.
Me sirven y mucho, tus indicaciones y te espero en nuevas visitas.
Saludos cordiales
¡Qué manera de describir un instante!
Hola, Nicolasa!, me alegra que te haya impactado de esa manera el relato.
Un saludo
¡Qué mezcla de emoción!
La tristeza conjunto con un grito fuerte de felicidad…
Cuando sea mi momento de ir de esta realidad que llamamos vida hacia otra realidad aún desconocida, que sea con las palabras de amor de alguien que esté a mi lado para dejarme pasar ese umbral a otra realidad…