Formas de presentar los personajes de tu novela: sus reacciones >>

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Anteriormente, en otra entrega de esta misma serie, vimos cómo presentar personajes por medio de lo que hacen, por cómo se comportan; pero merece capítulo aparte hablar de cómo se comportan ante desconocidos o ante hechos imprevistos, ya que pueden dar una muestra de su verdadero interior, de la materia con la que están hechos esos personajes.

Cuando un personaje se relaciona con otros personajes de su entorno o se mueve en entornos conocidos, sus reacciones están sometidas al moldeo de las manos de la costumbre y la experiencia. Es decir, los personajes (también las personas) tienen un comportamiento matizado por factores circunstanciales. Por lo general, su comportamiento no es igual en un entorno que en otro, o ante unos personajes que ante otros.

Es precisamente ante personajes desconocidos cuando un personaje puede dejar salir de sí su verdadera esencia. Veamos un ejemplo: cuando un personaje tiene una buena acción con otro personaje al que le une una relación de amistad, juzgamos su acción desde esa condición; pero cuando tiene esa misma acción (o reacción) con un desconocido, juzgamos su acción de forma totalmente distinta: ya no vemos ese amigo bueno, atento, amable, generoso, interesado o lo que quiera que sea lo que demuestra la acción ante su amigo, sino que podemos estar ante un verdadero altruista, o egoísta o inhumano o ser sensible. Lo que un personaje deja entre ver de su verdadero yo ante un desconocido o ante una situación desconocida puede ser mucho más de lo que a simple vista se ve, ya que su esencia no estará condicionada por otros baremos y escalas de valores que pueden llegar a dictarle lo que tiene que hacer y cómo tiene que comportarse.

Los personajes no son sino personas que nos prestan su vida por el tiempo que dura nuestro relato. Así pues, podemos llevar al papel no solo sin miedo, sino con todo el peso de la razón y de la lógica, el comportamiento más humano de las personas. Pero no confundamos «humano» con «humanitario»; a diferencia del comportamiento humanitario, el comportamiento humano incluye aquellas cosas que nos hacen viles, ruines, ridículos, egoístas o malvados.

Puedes aprovechar prácticamente cualquier escena en la que incluyas a tus personajes para que interactúen con ella y se retraten ante el lector. Cuantos más elementos desconocidos o infrecuentes contenga la escena más elementos tendrás a tu disposición para desnudar al verdadero yo de tu personaje ante el lector.

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© Víctor J. Sanz