Formas de presentar los personajes de tu novela: Lo que dice >>
Continuamos la serie de artículos dedicados a las distintas formas que un escritor tiene de presentar a los personajes de su novela, con esta segunda entrega: lo que dice.
Esta es una de las formas aparentemente más fáciles de presentar a nuestros personajes. Es fácil solo en apariencia, y no porque sea difícil trazar un diálogo apropiado para el personaje en cuestión, sino precisamente porque es relativamente sencillo hacerlo y mostrar con ello detalles de nuestro personaje de los que no debemos desentendernos.
Prácticamente cada palabra que pongamos en boca de nuestro personaje llevará de alguna manera los genes de la personalidad que le imprimamos. Su forma de referirse a algo en concreto, su forma de dirigirse a los demás personajes o su forma de pedir o preguntar las cosas a los desconocidos pueden llevar consigo un buen número de detalles acerca de la personalidad del personaje.
Correrá de nuestra cuenta vigilar el tono y el vocabulario empleado por el personaje, para que contribuya a su descripción y no a distraer la atención del lector en asuntos menos importantes que el propio personaje y que el relato en sí.
Antes de lanzarnos a la redacción de nuestra novela haremos bien en estudiar a fondo el personaje -todos los personajes principales- que vamos a desarrollar, para asignarle un tono y un vocabulario específico e inequívocamente identificativo, que deberá certificarse a lo largo de toda la obra, excepción hecha, naturalmente, de aquellos casos en que los personajes experimenten cambios sustanciales que deban reflejarse en sus diálogos, así como en otros aspectos de su viaje por la novela.
Por lo que se refiere al verbo de nuestro personaje, a mayor cantidad de diálogo más luz arrojaremos sobre su trasfondo psicológico, por lo que es importante medir este factor para evitar deslumbrar al lector, pero también para evitar dejarle a oscuras.
Es importante señalar que, sea cual sea el desarrollo que tengamos previsto para nuestro personaje, así como la carga de diálogos de los cuáles le haremos protagonista, su primera intervención frente al lector marcará, y no poco, la idea que de él y su personalidad se vaya haciendo. Esto nos obligará a tratar con la máxima atención sus primeras intervenciones dialogadas para enfocarlas a la posición que resulte de mayor interés y conveniencia para el conjunto del relato.
© Víctor J. Sanz
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