Antes incluso de la pregunta ¿cuánto hay de autobiográfico en tu último trabajo?, surgen otras preguntas al autor: ¿es posible evitar la transferencia del yo al texto?, ¿puede uno escribir sin buscarse, de un modo u otro en cada texto, acaso en cada frase?

«Hombre en el espejo» (© Jesús Cuevas Moreno)
No existen datos fiables de cuando data la primera vez que se formuló esta pregunta ¿cuánto hay de autobiográfico en tu último trabajo?, seguramente se debe a algún periodista que en su día fue innovador, seguramente sus colegas de profesión le miraran con extrañeza cuando la hizo en la rueda de prensa de algún escritor famoso. La pregunta es sencilla pero, como suele ocurrir, no lo es tanto la respuesta, al menos no lo es si se quiere contestar con minuciosidad, ya que se trata de un tema muy largo y profundo.
El escritor autobiográfico y didáctico
Creo que resulta prácticamente imposible desligar al escritor de su obra en tanto que siempre estará presente en ella, no ya en la forma, lo que resulta evidente en la inmensa mayoría de los casos, sino en el fondo. El caso tal vez más evidente es el del poeta, quien ve reflejado en cada sentimiento vertido un posible verso. Pero no es menos cierto en el caso de los narradores. En los textos narrativos queda un tanto diluida la esencia del yo escritor, ya que de no aparecer de forma muy evidente en la narración de experiencias, aparecerá a buen seguro en la narración de vivencias deseadas y, en el más liviano de los casos, en la exposición de la resolución del necesario conflicto narrativo, esto es, en la exposición de la resolución de un problema. En este sentido, cada obra no deja de ser un capítulo suelto de un manual de la vida, con la premeditación suficiente como para que solo por eso merezca la pena. Otra cosa será que el lector no consiga entresacar ninguna enseñanza de cada texto. Pues incluso cuando el maestro no es muy bueno enseñando, la enseñanza está ahí y tal vez solo baste con ser buen alumno.
El carácter autobiográfico parece algo inherente al escritor, pero al mismo tiempo parece algo que no puede ser superado por ninguna cualidad que pueda atesorar ningún escritor, sino que más bien forma parte, creo, de los objetivos del escritor.
¿Cuánto hay de autobiográfico en tu último trabajo?
Víctor J. Sanz
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