constructor de novelas

Fuente: http://www.sublackwell.co.uk/

Como escritor, pero más como corrector y asesor literario, y todavía más como profesor de escritura de ficción, reclamo el derecho del lector a ser el constructor de las novelas que lee.

Y, por lo tanto, creo firmemente que todo escritor que se precie de serlo tiene la obligación de invitar al lector a convertirse en el constructor de las novelas que escribe para él.

Puede que algunos autores ya estén protestando: «pero si el autor soy yo», «yo soy el constructor, ¡yo!». Respeto la libertad de pensamiento, pero demuestra que el autor no conoce el primer cimiento de toda narración, que no es otro que la participación. Un relato no puede tener solo una parte (emisor), sino que para ser, necesita de la otra (receptor), y solo así es. Un relato no es nada hasta que no es leído por otra persona distinta al autor.

Y es esa otra persona distinta al autor quien tiene la misión y el derecho de construir la historia de la que el autor le sirve los planos. El autor es, como mucho, el arquitecto, y el lector es quien debe construir la historia en su cabeza. Desde la primera página, el lector debe ir recibiendo información sensible con la que llevar a efecto el relato, materiales de construcción con los que los planos abandonan las dos dimensiones y toman cuerpo en la tercera. Al menos así debe ser en la mente del lector.

Todo autor debe comprender esto, y practicarlo si quiere tener una mínima esperanza de ser leído por un número significativo de personas. Toda obra que se entregue al lector no solo en forma de planos, sino ya construida, ya juzgada, ya opinada, ya concluida, no es tal obra, ya que el lector queda al margen de su construcción, sin haber tenido la ocasión de hacerla suya y, lo más importante, de dejarse atrapar por ella.

Un lector tiene derecho a opinar, a juzgar, a alcanzar conclusiones, a poner un final si se tercia, a dar un futuro en su mente a los protagonistas si es preciso…; la forma de participación dependerá de muchos factores (género, estilo, tono, registro, autor, protagonistas, trama, argumento…), pero tiene que darse de alguna manera para que el relato pueda ser llamado tal cosa.

El lector, ese constructor de novelas

© Víctor J. Sanz