La importancia de la trama narrativa
La trama en el edificio narrativo vendría a ser el armazón en el cuál se sustenta la historia que se va a contar al lector. En este sentido, el escritor debe arrogarse el papel de arquitecto. Para el desempeño de ese papel no basta tener mucha imaginación. Tampoco basta con tener una buena historia que contar, un buen título o una superpoblación de personajes que harían las delicias de cualquier lector y, por qué no, de cualquier actor.
Para desempeñar con el mínimo de garantías el papel de arquitecto, de diseñador de la trama de nuestro edificio narrativo, es preciso trazar algunos bocetos en un papel y tomar distancia para interpretarlos como lo harían nuestros lectores. Si los cimientos de nuestra historia son sólidos, si disponemos de los materiales narrativos adecuados, podemos comenzar el trabajo.
La importancia de la trama. Ningún arquitecto levantaría un edificio cuyos cimientos presentan grietas. Por la misma razón, ninguna novela debería ser escrita sobre una base frágil o inestable. Clic para tuitear
A un arquitecto no se le ocurriría seguir subiendo pisos de una estructura cuya base ni siquiera se sustenta a sí misma. Por el mismo motivo, a un escritor no debe ocurrírsele avanzar en el planteamiento de su historia sobre una base construida con materiales sin la densidad adecuada. Dicho de otra manera, a pocos lectores, por no decir a ninguno, se le ocurriría seguir leyendo una narración en la que no ocurre nada que despierte su interés, su curiosidad sobre qué pasará a continuación, sobre cómo reaccionará el protagonista. Por las mismas razones que nadie compraría un piso en un edificio cuya base presenta grietas más o menos profundas.
Conseguir una trama sólida en una narración no es trabajo fácil. Hablamos de servir al lector un conflicto, ya interno, ya externo (o mejor ambos), que somete al protagonista a una situación especial ante la que tiene que adoptar una postura que puede cambiar para siempre su vida. A nadie le interesa un conflicto endeble y de poco alcance moral como puedan ser «conflictos» cotidianos que muy bien podrían formar parte del día a día del propio lector.
La situación especial a la que sometamos al protagonista debe constituir el billete de ida para un viaje en el que queremos que nos acompañe el lector. De la suerte que correrá nuestro protagonista en ese viaje no debemos adelantar nada. De lo contrario, si el lector puede intuir fácilmente cómo se resolverá puede que no quiera acompañar a nuestro protagonista. Si lo hacemos demasiado previsible es probable que el lector se siente cómodamente a esperar a que el protagonista vuelva de su viaje. Evidentemente, el lector tiene la esperanza de que el protagonista vuelva del viaje o que, al menos, le haya merecido la pena, pero es la incertidumbre razonable del resultado y la promesa de belleza del camino lo que le hará tomar la decisión de acompañar a nuestro protagonista.
Diseña las tramas con mimo y tus lectores lo agradecerán.
El edificio narrativo, la importancia de la trama
Víctor J. Sanz
Tienes toda la razón, eso que hago yo todos los días no es trama que atrape al lector,es un atraco al ciudadano que recuerdo día a día.
Jajaja, es que la narración de la actualidad es muy distinta, Javier, y tu nos ayudas a tenerla presente siempre. Gracias por ello. Saludos.