De entrada, a más de uno sorprenderá que se hable de corregir una novela, y esto tampoco debería suponer una sorpresa para otros, teniendo en cuenta que el ego de un escritor es probablemente la única cosa artificial que se ve desde el espacio.

Cuando decimos corregir una novela no quiere decir que el escritor sea un negado en su trabajo o que sus textos estén plagados de faltas, sino que, como el resto de mortales, no es perfecto y está sujeto a la tiranía de esas faltas cuyo manto de invisibilidad resiste al menos cien repasos.

Pero cuando hablamos de corregir una novela no hablamos solamente de ortografía, tipografía y estilo (esas expresiones mejorables, esas palabras mal elegidas o esas formas imposibles de construir algunas frases, entre otras cosas); hablamos también, o al menos deberíamos hablar, de corrección literaria.

corregir una novela

Muchos de los servicios que se anuncian como de «Revisión literaria» no tocan ni un pelo de los personajes, la trama, el argumento, el narrador, el lenguaje literario, el tono, el ritmo, la tensión narrativa, el conflicto narrativo…

No sirve de mucho corregir la ortografía, la tipografía y el estilo de un texto literario si luego los personajes del relato son un fraude, la trama se desinfla como un suflé, o el conflicto narrativo se diluye en varias historias superpuestas y sujetas con cinta adhesiva barata.

Ortografía, tipografía y estilo, sí, pero también una revisión literaria.

Que se tengan ideas alrededor de las que montar una historia no significa que esas ideas traigan de serie la habilidad para plasmarlas en el papel de la mejor manera posible. Se pueden tener buenas ideas, se puede tener una ortografía impecable, incluso se puede tener un estilo de redacción al que no sea posible objetar nada, pero si a la fiesta no invitamos a un buen discurso literario, si no conseguimos cierto grado de credibilidad y de empatía en el lector, solo tendremos un texto redactado de manera perfecta al que no se podría llamar novela.

Cuando alguien os ofrezca un servicio de corrección y revisión de manuscritos que no incluya una seria y profunda revisión literaria, gracias a la que detectar y enmendar las posibles fallas en la narración, no os dejéis engañar aunque luzcan el nombre de «revisión literaria». No digo que sea un mal servicio, solo digo que los que no incluyen esos términos no deben llamarse «revisión literaria».

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¿De qué hablamos cuando hablamos de corregir una novela?

© Víctor J. Sanz