Cómo nacen las historias de Paul Auster
En muchas ocasiones, las historias llegan por casualidad, como si llamasen a una puerta equivocada. Es un asunto ajeno al escritor lo que provoca el germen de la historia. Para Paul Aster el tema del azar es una de las constantes de su obra, precisamente porque el azar ha sido uno de los motores más importantes de su vida. El azar fue lo que le dio la idea para su novela La ciudad de cristal:
Un año después de la ruptura de mi primer matrimonio, me mudé a un apartamento en Brooklyn. Fue a comienzos de 1980 y yo estaba trabajando en El libro de la memoria (…) Un día, un par de meses después de mudarme, sonó el teléfono y del otro lado de la línea alguien me preguntó si hablaba con la agencia Pinkerton. Le dije que no, que se había equivocado y colgué el auricular. Seguramente habría olvidado ese incidente, de no ser porque al día siguiente llamó otra persona y me hizo la misma pregunta: «¿Hablo con la agencia Pinkerton?» Otra vez dije que no, le expliqué que se había equivocado de número y colgué. Pero un instante después comencé a preguntarme qué habría ocurrido si hubiera dicho que sí ¡Habría podido hacerme pasar por agente de la Pinkerton? Y en caso afirmativo, ¿hasta donde habría podido llevar el engaño?
La idea del libro surgió de esas llamadas telefónicas, pero pasó más de un año hasta que empecé a escribirlo.
Paul Auster está considerado como uno de los más grandes autores norteamericanos contemporáneos, destacando por obras tan conocidas como La trilogía de Nueva York, El país de las últimas cosas, El palacio de la luna o Leviatán
A lo largo de su carrera literaria, Paul Auster ha recibido numerosos galardones, entre los que habría que destacar el Premio Médicis, la Orden de las Artes y las Letras de Francia o elPríncipe de Asturias de las Letras.
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